lunes, 29 de junio de 2015

PERÚ - CHILE

ILUSIÓN PARA LO QUE VIENE
¡ORGULLO! No se me ocurre otra palabra para hablar de nuestro equipo. De nuestra selección que dejó en el verde del Nacional de Santiago, calidad, categoría, derroche de disciplina táctica, orgullo, pero sobre todo vergüenza deportiva. Esa forma de perder no molesta a nadie. Hasta es permitido, es válido. Es más, la expulsión absurda (no injusta), de Zambrano, queda para la anécdota por cómo se afrontó esta nueva adversidad. Luchar de igual a igual ante un rival -sobre el papel- superior, y dominarlo con 10 jugadores gran parte del partido, metiéndole miedo, callando por momentos a las más de 50 mil almas chilenas en el estadio con buen juego y un gol que hizo soñar a más de 30 millones de peruanos. Sí señores, es orgullo lo que siento, no hay dudas…
Es cierto, “jugamos como nunca y perdimos como siempre” dirán los pesimistas. Pero hay algo más en esta selección. Hay algo que, los que estamos acostumbrados a ver fútbol siempre, estamos notando. Gareca ha calado en el orgullo y fibra del futbolista peruano y está recuperando algo de eso que desde hace 30 años hemos perdido. Simplemente confianza. Está convenciendo al jugador que no somos los peores de Sudamérica. Que nuestro campeonato no es menos que la segunda o tercera España u otro país. Que jugar en Perú es tan importante como jugar en una liga extranjera. Si repasamos, medio equipo titular de los que están en Chile son locales. Es cierto, no tenemos más, pero justamente eso es lo meritorio en el DT argentino. Con poco está haciendo mucho.
Sería muy fácil subirse al coche, ahora que las cosas han salido mejor de lo que se pensaba, y decir que sí creía en Gareca. Que sí felicitaba su contratación y que con él avanzaríamos y podríamos soñar con el mundial de Rusia. No me gusta mentir, no lo haré ahora. Siempre pensé que necesitábamos un técnico de experiencia a nivel de selecciones, alguien con suficientes pergaminos como para recién creer en el milagro de jugar bien e ilusionarnos con llegar a escuchar nuestro himno en instancias finales de un mundial. Me alegra saber que me equivoqué. Ahora creo que con “el tigre” al menos no seguiremos siendo el patito feo y podamos salir de ese vergonzoso último o penúltimo lugar que ahora ocupamos en esta parte del mundo futbolístico. Ojo, no digo que vayamos a clasificar al mundial, pero sí creo que nuestra participación en las próximas clasificatorias no será una tortura. De seguir así las cosas, ya no nos verán por encima del hombro y pelearemos por un cupo hasta el final.

La Copa América está llegando a su fin y Perú se ha quedado hasta el final. Se jugó un gran campeonato con destacadas figuras que no estaban en los planes. Cueva era resistido por todos. Advíncula no parecía el mejor lateral, y jugaba porque “no había más”. Áscues de central, no daba mucha confianza, etc. Gareca ha potenciado a cada jugador de una manera increíble y lo ha hecho jugar por encima de su real dimensión. Eso no lo logra cualquiera. Y a nivel de selección, la trascendencia es mayor. Sobre todo si consideramos que Perú es la primera experiencia del DT argentino a nivel de selección. Esto recién empieza y la ilusión está. Las clasificatorias están a la vuelta de la esquina y todos esperamos que el progreso sea sostenido.

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