ES NUESTRA REALIDAD

Seamos realistas. La derrota peruana en Quito (2-0), nos hace pisar tierra nueva-mente y chocamos con nuestra triste rea-lidad. Venimos de ser últimos en las pa-sadas eliminatorias y en este inicio elimi-natorio (o clasificatorio como quieran), se ha dado la lógica: Triunfo de local (2-0 a Paraguay), y dos derrotas de visitantes (4-2 ante Chile y 2-0 frente a Ecuador). ¿Qué nos sorprende de esto?, por lo me-nos a mí, nada.

Es cierto que con Sergio Markarián como técnico de la bicolor, el equipo patrio sa-be a qué juega. También es cierto que las demás selecciones nos miran con más respeto. Pero también es cierto que los mal llamados cuatro fantásticos, sólo son cuatro buenos jugadores, nada más y que sí aportan en lo que quiere el estratega. Quizá ese sea el problema. Decimos con orgullo: “…tenemos a un Pizarro, un Guerrero, un Farfán, un Vargas…”, lástima que ahí dejamos de contar. Y con el respeto que se merecen los demás seleccionados, no podemos mencionar a otro jugador de categoría que nos llene de orgullo y esté a la altura de lo que significa un proceso clasificatorio para un mundial de fútbol. Nos encontramos en el penúltimo lugar con 3 puntos, sólo por delante de Bolivia (1 punto), y se viene un receso de ¡7 meses!

Las clasificatorias sudamericanas es el torneo más difícil y competitivo del mun-do, pero también el más largo. Se juegan más de 2 años para saber, si al final del mismo, una selección logró el tan anhe- lado cupo para participar en la máxima fiesta del fútbol mundial. Pero lo largo de esta competición no nos viene mal. Para nadie es un secreto que nuestro fútbol muestra mejoría y todo parece indicar que la tendencia al alza seguirá. Nuevas figuras que aparecen nos hace pensar que las siguientes fechas clasificatorias se jugarían con jóvenes que pintan para “romperla” más temprano que tarde. Polo, Flores, Mimbela en Universitario. Hurtado, Bazán, Ascues, Hinostroza en Alianza. André Carrillo es ya una realidad en el competitivo fútbol portugués. Y la lista podría continuar, pero por cuestiones de espacio mejor lo dejo ahí.

Lo cierto es que, volviendo a la selección de fútbol, el equipo no está eliminado ni mucho menos. Repito, sólo se ha dado la lógica. El próximo encuentro por las clasificatorias es en junio ante Colombia en Lima y tenemos que ganar ¡sí o sí!, ¿podemos?, ¡claro que sí!, y de hacerlo nos metemos nuevamente en la pelea. Nuestra realidad futbolística dice que no tenemos que salir del 4° ó 5° lugar de la tabla para que en el tramo final sacar los puntos necesarios que hagan delirar a 30 millones de peruanos de todo el mundo y ver flamear nuestra bandera en Brasil.

Que el ánimo no caiga, falta mucho cami- no por recorrer. Sigamos alentando como si esto recién empezase. Porque siendo realistas, también merecemos jugar un mundial. ¿No lo creen?