lunes, 21 de noviembre de 2011

EL CRÉDITO SIGUE ABIERTO

La tarjeta de crédito de confianza que  tiene Sergio Markarián para con la exigente afición futbolera peruana goza, por ahora, de un amplio fondo. Digo por ahora, porque  a pesar de las últimas derrotas en la carrera hacia Brasil 2014 (ambas de visita), percibo en la gente un halo de fe en el trabajo del mal llamado "Mago".
Han sido 12 microciclos, que muchos columnistas deportivos criticaron en su momento e incluso aún hoy lo siguen haciendo, sin comprender que en un país como el nuestro los buenos futbolistas no abundan y hay que salir a buscarlos y ponerles la camiseta nacional para que demuestren a la afición, al técnico, pero sobretodo a ellos mismos, que pueden ser parte de ese grupo de héroes que logren la tan ansiada hazaña mundialista. No creo exagerar cuando digo héroes ni hazaña porque en nuestro país, que tiene un torneo mediocre, con puntos ganados y perdidos en mesa; con dirigentes ineptos que están llevando a sus instituciones a la bancarrota; con un presidente de la FPF caradura que no tiene la dignidad suficiente como para renunciar y dejar de hacer daño a nuestro maltratado fútbol, una clasificación para un mundial tiene que ser eso, una hazaña, y esta tiene que ser lograda por héroes que estén dispuestos a matar y morir (en sentido figurado, por supuesto), por el objetivo.
Ese es el mérito de Markarián, ya que teniendo en cuenta el contexto en que vive nuesttro fútbol, ha podido crear la ilusión en el hincha, pero sobre todo en el futbolista, de que este objetivo sí es posible. Porque desde que llegó se puso a trabajar en serio; supo explotar las virtudes y minimizar las falencias en un equipo que estaba muerto, tanto anímica como futbolísticamente.
La aceptación que goza Markarián molesta a muchos, es cierto. Un 90% de la población respalda su trabajo y más del 50% cree que con él la clasificación sí es posible. Estadística envidiada por cualquier político, sin duda. Desde aquí sólo espero que el crédito se siga ampliando con buenos resultados -ganar a Colombia será imperioso-, con decisiones acertadas y mucho trabajo. Que la esperanza sea lo último que se pierda.

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