miércoles, 4 de abril de 2012

CAMBIO DE CABEZAS URGENTE


Cambio de cabezas urgente

Con la eliminación de Alianza Lima de la Copa Libertadores concluye la triste participación de los equipos peruanos en esta justa continental. Semanas antes el otro representante, Juan Aurich, ya había sido eliminado, incluso sin conseguir punto alguno. ¿Sorprende esto? Definitivamente no. Históricamente los cuadros peruanos han tenido pobres participaciones en este torneo que parece estar hecho para los clubes argentinos, brasileños y uruguayos. Universitario y Cristal son los únicos que tuvieron destacada participación llegando a disputar la final en los años 1962 y 1987 respectivamente. La mejor participación aliancista fue en 1978 cuando llegó a semifinales. Pero luego nada de nada.

Las buenas participaciones se cuentan con la mano y todavía existen periodistas que quieren vender la idea que aquí se arman “dream team” que darán que hablar. Nada más falso. Mientras los cambios en nuestro fútbol no se hagan de fondo nunca conseguiremos resultados positivos a nivel internacional. Y cuando digo cambios de fondo me refiero a una reingeniería total a todo nivel. Todos los que estamos involucrados de un modo u otro al fútbol tenemos que hacer bien nuestro trabajo. Desde el utilero, pasando por los periodistas deportivos, jugadores y, sobretodo, dirigentes, estamos en la obligación de trabajar a conciencia y honestidad para que al final los resultados sean los deseados: clubes solventes, serios, con un torneo serio, que tenga las reglas claras y estas sean cumplidas no importando quién las infrinja.

Parece tarea fácil. No lo es. En este “negocio” todos tiran para su lado y no están dispuestos a perder lo que ganan con sus movidas turbias, tanto en pases de jugadores como con los sponsors. Pero algo tiene que pasar. No se puede creer que en todo nuestro país no exista gente proba que esté dispuesta a trabajar honestamente por nuestros queridos y saqueados clubes. Pasa en la política. Personas honestas no se quieren involucrar porque sienten que se desprestigian. La política no es sucia, los sucios son los políticos y a ellos les conviene mantener ese prestigio para ahuyentar gente buena que quiere trabajar por nuestro país. Lo mismo pasa en el fútbol. Pero esto no tiene por qué seguir así. No todo tiene que ser corrupción. Está en nuestras manos cambiar la historia y cambiar a estos “dirigentes” que sólo buscan su beneficio. La clave está en cambiar las cabezas.

El pasado ya está escrito y está escrito mal. El futuro, en cambio, está en “borrador”. Revisemos y corrijamos los errores ahora que estamos a tiempo para no lamentarnos después. Creo que ya pisamos fondo, pero con estos dirigentes nunca se sabe.

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