domingo, 10 de junio de 2012

Hora de ser honestos con nosotros mismos


Con trabajo y paciencia los resultados llegarán

En el fútbol siempre se puede ganar, perder o empatar. Es una lástima que normalmente perdamos. Pero en nuestro país se trata de disfrazar las (eternas) derrotas por “derrotas dignas”. Suena bien porque da la sensación de que nuestros jugadores tienen vergüenza deportiva y dignidad al fin y al cabo. Y nosotros como hinchas quedamos con la esperanza de que el próximo partido de nuestra selección sí podemos salir airosos, y seguimos soñando y apoyando a nuestro equipo.

La derrota (otra vez), ante Uruguay viene nuevamente con ese tufillo de que perdimos dignamente y que estamos en plena transición. “Los triunfos ya vendrán”, decimos. “Tenemos equipo”, dicen otros. “No necesitamos a Pizarro, Farfán ni a Vargas”, juran otros tantos. Pero lo cierto es seguimos perdiendo y que la posibilidad de llegar a jugar el próximo mundial de Brasil está cada vez más lejana. Sigo insistiendo en que para lograr resultados concretos y acordes a nuestra realidad, primero debemos saber y aceptar dónde estamos parados. Somos los últimos de Sudamérica y eso no se cambia con una buena actuación en una Copa América. El tercer lugar en la última edición fue casi un accidente y, repito, no se asemeja a nuestra realidad.

Pero metiéndonos un poco a lo mostrado por nuestro equipo en estos dos partidos eliminatorios (o clasificatorios, como quieran), hay cosas por rescatar. En primer lugar, esta selección de Markarián está recuperando la autoestima que hace mucho se perdió. Está dejando bien en claro que para ganarles, los rivales tienen que bregar mucho porque no se rinden fácilmente. En segundo lugar, ante las ausencias de nuestras principales figuras, están apareciendo nombres que en cierto modo le solucionan los problemas al técnico. Nombres como el de Álvarez, Lobatón, Ramos, o el mismo Carrillo, se han incorporado al equipo de manera eficiente, dándole al profesor Markarián más alternativas para futuras convocatorias. De esta forma, nuestra selección está recuperando poco a poco el respeto que las demás selecciones tenían por nosotros.

Es probable que no logremos la tan ansiada clasificación al mundial, pero si se sigue respetando el trabajo del técnico patrio, y sin ánimos de parecer pitoniso, creo que al final de esta carrera hacia Brasil podemos terminar entre el sexto u octavo lugar de la tabla, y eso ya es un avance. Primero lo primero. Cuando digo que tenemos que ubicarnos para avanzar, me refiero a que tenemos que salir de ese último puesto y recuperar la confianza que nos encamine a mirar con mayor optimismo las próximas eliminatorias y tentar entonces una clasificación con serias aspiraciones. Diciendo esto no me siento pesimista, sino realista, fijando metas reales a corto, mediano y largo plazo. Sólo así los resultados que todos queremos llegarán en su momento.

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