¡CLARO
QUE SE PUEDE!
Tuvieron que pasar 36 años
para volver a ganarle a Ecuador. Tuvieron que pasar 16 años para volver a tener
esperanzas de alcanzar el sueño mundialista –desde las eliminatorias para el
mundial de Francia 98, nuestra selección no aspiraba seriamente a alcanzar un
cupo para la máxima fiesta del fútbol-. Es cierto, nuestra situación aún no es
la mejor, pero qué duda cabe que el hincha se está ilusionando. Qué duda cabe
que, con un partido menos, estamos a dos puntos del puesto de clasificación.
¿Quién puede dudar ahora que Claudio Pizarro es el gran jugador que muchos
quieren negar?
Ojo que ganarle a Ecuador no
fue nada fácil. Los norteños se encuentran en el puesto 10 del ranking a nivel
de selecciones en el mundo, y eso no se lo regalaron. Pero los nuestros
demostraron que tienen amor propio y que morirán luchando por lograr el
objetivo. Con un Retamozo enorme que se comió la cancha, con un Fernández que
demostró que la continuidad muy es importante, sobre todo para los arqueros.
Con una zaga que, a pesar de algunas descoordinaciones, resolvió casi siempre
de manera simple. Con un “cachito” que en cada partido derrocha categoría y
progresos gracias a su titularidad en el Ponte Preta; con un Vargas sobrio,
cumpliendo las indicaciones de apoyar a Yotún por la banda izquierda y
proyectándose para sumar peso ofensivo. Demás está hablar de Farfán y su enorme
categoría que, a pesar de estar enfermo (la antipática no lo deja), fue un
dolor de cabeza por la banda derecha.
Pero una mención aparte para
el capitán. Desde siempre, Claudio Pizarro demostró entrega, amor por la
camiseta, compromiso. Que las cosas no le hayan salido como todos queremos es
otra cosa, pero siempre tuvo la ambición de venir, jugar, anotar, ganar y darle
a nuestro país la enorme satisfacción de los triunfos que queríamos. Muchos
despotricaron contra él. Muchos lo pedían fuera del equipo. Otros tantos se
atrevieron a dar a entender que “el bombardero” vino a jugar ante Argentina y
de forma adrede falló el penal que quizá hubiese significado un triunfo ante
los albicelestes. Nada más absurdo que eso. El capitán de la selección siempre
fue generoso, nunca fue individualista, sirviendo para que otros pudieran
anotar. Y contra Ecuador quedó más que demostrado el enorme compromiso que
tiene con el Perú.
Nuestros males
futbolísticos, nuestro bajo nivel que nos ha alejado de los mundiales (de
manera justa), no son culpa de los jugadores. Los directamente responsables son
los dirigentes, de clubes, de las regiones, pero sobre todo de la FPF, que
quizá lo único bueno que han hecho es traer a un técnico serio como Markarián
que le ha dado mística a un equipo sin rumbo, que fue una lágrima en el proceso
anterior. Don Sergio ha demostrado que tiene la capacidad de encaminar a
nuestra selección hacia rumbos más exitosos, aunque haya algunos que
simplemente critican y critican sin fundamento, quizá por interés, quizá por
envidia, no lo sé.
Ahora, el camino que se
viene será más difícil que el hasta ahora recorrido. Colombia no es nada fácil.
Después de Argentina, los cafeteros son lo mejor que hay, con una generación de
jugadores envidiable que merece estar en Brasil 2014. Uruguay está herido. Con
13 puntos no va a querer perder más y va a salir a ganar todo lo que juega.
Venezuela y su franco crecimiento será quizá el partido clave a disputar. De
Argentina demás está hablar y a Bolivia es una obligación ganarle, siendo, tal
vez sobre el papel, el encuentro más accesible. ¿Se puede?, claro que sí.
¡Vamos Perú!
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