miércoles, 11 de septiembre de 2013

ADIOS BRASIL

FIN DE LA PESADILLA Ya está. Se acabó. Terminó el sueño, perdón, la pesadilla pre mundialista. Se cumplió la lógica. Esa que decía que no alcanzaríamos un cupo al próximo mundial, simplemente porque no lo merecíamos. Lo sufrimos todos los que teníamos la ilusión –quizá candidez- de ver nuestra bandera flamear en Brasil. No ayudó la actitud de los jugadores, el técnico se equivocó en varias ocasiones, la poca fe que en el fondo sentían los hinchas, esa fe transformada en aliento que se transmite en las graderías cuando de local se juega y no se presiona al rival como sucede con las otras selecciones. Se alienta al principio, pero “los muñecos” aparecen a poco de iniciado un compromiso cuando vemos que el rival asusta. Jugar de visita en Perú es cómodo para todos. La diferencia entre un equipo con convicciones, actitud y categoría, con otro que no la tiene, está cuando lo tiene que demostrar, así de simple. Los nuestros tenían que ganar los partidos decisivos. Resultado: perdimos los dos (ante Uruguay y Venezuela). ¿Qué pasó con los orientales? Ganaron los partidos decisivos, a Venezuela y Perú, ambos de visita. Los merecimientos quedan de lado. Es claro que futbolísticamente Uruguay quizá mereció perder ambos partidos, pero los ganó, a la uruguaya, porque tenían que hacerlo y lo hicieron. Eso se llama actitud convicción y categoría. Esas virtudes, lamentablemente, los nuestros no la tienen. Una pena. Pretender echarle la culpa al árbitro, a Sergio Markarián, a los jugadores, al aguatero, al hincha que se metió a la cancha, etc. no hace más que demostrar nuestra ceguera al no querer ver al responsable directo: Manuel Burga. Da vergüenza ajena escuchar a este señor decir que se van a tomar medidas para mostrar nuestra indignación ante la actuación del árbitro Loustau. ¿Quién le cree?, ¿Quién cree que va a conseguir algo este remedo de dirigente ante la poderosa Conmebol? Lo que todo el Perú celebraría eufórico es que anunciara su renuncia a la FPF, si es que algo de dignidad le queda. Ojo que no estoy diciendo que es un delincuente, un ladrón, un corrupto, porque de eso no hay pruebas, pero en lo que sí hay pruebas es en su incapacidad para manejar el fútbol en el Perú. Tantos fracasos, uno tras otro. Tanto folklorismo en el manejo de nuestro patético torneo local, que a lo único a lo que nos lleva es ser considerados cada vez más como uno de los países más incompetentes del continente. No es una exageración, los resultados así lo demuestran. Ahora, ¿a soñar con Rusia 2018? No lo creo. Desde ya estamos eliminados si no se cambia todo, de forma estructural. Y cuando digo a cambiar todo, me refiero a cambiar, sobre todo, a la cabeza. Aunque como nos han ido las cosas, más parece que nuestra FPF está acéfala y siempre lo estuvo.

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