PASIÓN POR EL FÚTBOL

¿QUIÉN PODRÁ AYUDARNOS? Culminada la ilusión de participar en el próximo mundial, las preguntas de siempre aparecen. ¿Qué técnico arriesgaría su prestigio, carrera, salud, estabilidad emocional y su hígado, para tomar las riendas de la selección peruana? Los “sabelotodo” de siempre proponen nombres -rimbombantes y otros no tanto- que, aseguran, nos llevarán al éxito. Si seguimos pensando que el problema sólo es el técnico, entonces seguiremos de fracaso en fracaso. Es cierto que el gran responsable directo de este nuevo fracaso es Manuel Burga. Nadie duda de ello. Pero si somos medianamente consientes, en realidad todos somos, en cierta forma, responsables de los resultados. Saliendo un poco de las responsabilidades dirigenciales, los periodistas también influimos para que se crea, colectivamente, que estamos entre “los grandes” de sudamérica y que no clasificar a una justa mundialista es algo que no nos cabe en la cabeza. Los “cuatro fantásticos”, absurdo invento de algún desubicado que no hizo más que ponernos en ridículo en varias ocasiones, es un ejemplo de ello. El sufrido hincha peruano (única y principal víctima de estas irresponsabilidades), se ilusiona con las cosas que ve o que lee en los diarios y el golpe al final es duro. Los manejos de los clubes, dizque profesionales, es otro tema de los que se ha hablado hasta el hartazgo y en los que se ha demostrado que su principal labor, dentro de lo que significa contribuir con el progreso de nuestro fútbol, queda de lado, anteponiendo a ello intereses personales. El universo de futbolistas que tenemos y de los cuales hay que echar mano, es limitado, poco profesional, sin personalidad, conformista, etc. y esto es producto de los clubes. Ese es el resultado de su “trabajo”, obviamente algo están haciendo mal, muy mal. Ojo que no estoy echando la culpa a los jugadores. Ellos también son víctimas de todo un sistema obsoleto, ignorante, interesado, etc. en que se ha convertido el fútbol en nuestro país. ¿Quién vendrá entonces a salvarnos? Así, nadie querrá hacerlo. Sólo que lo haga por interés, por recibir un sueldo millonario y asegurar su futuro. Y de esta forma, los resultados siempre serán los mismos. Sigan proponiendo nombres que, de esa forma, lo único que demuestran es la total y alarmante ignorancia que se tiene ante un problema más que evidente.