MORUMBIAZO
Humillante. La mayor derrota de
los reyes del fútbol en un mundial. Y en su casa. Scolari es, sin duda, el gran
culpable de este nuevo fracaso de Brasil jugando el mundial en casa. Dejó fuera
del equipo a jugadores que tranquilamente pudieron aportar a hacer un mejor
juego, como Kaká, Robinho, o quizá Diego. Cierto, es fácil criticar luego del
fracaso, pero no es mi caso. Siempre dije que Brasil no era favorito. Con ese
equipo no lo era ni con Neymar, ni con dos Neymar. Pero también es cierto que
ni los propios alemanes pensaron ganar de esa forma.
Lo que sucede con Brasil
preocupa, no por este equipo, sino porque hace rato que no salen jugadores de
talla mundial que estén en el primer plano. No pasó ni con Neymar en el
Barcelona. Los últimos grandes han sido Ronaldinho, Robinho y el propio Kaká. Después
de ello, nada. Su tradicional forma de jugar, tan vistosa y de espectáculo, es
ahora historia. Durante el torneo no han jugado, han peleado, como equipo chico.
Hacían un gol y lo defendían a muerte, traicionando a su famosa y exigente “torcida”
que veía cómo su selección ganaba sin merecerlo. Su suerte estaba echada y sólo
tenía que encontrarse en el camino con una selección ordenada, que sabía a lo
que jugaba y que estaba preparada para una justa como ésta. Resultado: fuera de
carrera de la peor manera. Incluso, en el país de la samba se dice que es la
derrota más desastrosa de su historia, superando a la del ´50. Estoy de
acuerdo.
Es por ello que una reingeniería
es urgente. Priorizar el aspecto físico por sobre el talento ha sido un error
que han pagado muy caro. Durante toda la historia, Brasil era considerado como
el país donde mejor fútbol se juega. De eso nada queda con este pobrísimo
equipo que impuso Scolari. Y es cierto, lo impuso, apostó por un equipo que
ganó la Copa Confederaciones y que fue un espejismo cuando derrotó a España, engañándose,
y con ello sacrificó la gran oportunidad de coronarse en su país con
estrategias, más que con jugadores, porque como ya dije, Brasil no tenía equipo
para ganar el mundial.
Llora el pueblo brasileño. Llora Pelé.
Llora más que nunca Neymar al quedar fuera de la copa, sintiéndose impotente al
no poder ayudar a sus compañeros que sufrían dentro del campo. Los únicos que
ríen (por ahora, creo yo), son los argentinos, eternos rivales que tendrán la gran
oportunidad de demostrar que han aprendido la lección de hace cuatro años,
cuando Alemania los derrotó (4-0), ante los naranjas de Robben. Es la última
oportunidad que queda para impedir que un país europeo levante la copa en esta
parte del mundo. Nunca antes lo han hecho, pero a decir verdad, creo que esta
vez sí lo lograrán.
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