UN FRACASO MÁS...
Nada para celebrar. Un punto ante Venezuela sobre la hora en casa, pinta de cuerpo entero nuestro pobre nivel para este tipo de partidos. Ganar era imperioso, urgente, vital para seguir en carrera para tener una falsa esperanza de tentar un cupo hacia Rusia. Falsa es cierto, porque con este equipo sólo podemos ilusionarnos fugazmente con un gol, un punto o un triunfo esporádico. No tenemos un once, y menos un plantel de cierta categoría que llene de confianza a la afición que inocentemente aún cree en él. Una afición que sí se merece estar en un mundial. Una pena por el público que fecha a fecha de este suplicio que son las eliminatorias, paga una onerosa entrada para ver cómo nos superan los rivales de turno. Palmas para ellos. Sólo para ellos.
Analizar el partido es ocioso. Se subestimó a la vinotinto cuando de acuerdo a nuestra realidad, no podemos subestimar a nadie. ¿Que si Guerrero marcaba uno de las dos oportunidades que tuvo podría haber cambiado la historia? cierto, pudo haber cambiado la historia. Pero en el fútbol estas cosas pasan y la categoría de los jugadores hace que estas oportunidades fallidas se conviertan en retos que tienen que superar, y lo hacen. Lamentablemente, en nuestro caso, esto produce frustración y se deja crecer al rival. Venezuela lo notó, se hizo del partido y estuvo ganando con total justicia. Y para ser honestos, un resultado justo era el triunfo visitante. Para Gareca no.
Pero el DT argentino no es el único responsable de, no nuestro nefasto presente, sino de una era llena de fracasos, y de hecho ya lo están lapidando. Lo culpan de un fracaso en el que los responsables sabemos quiénes son: los dirigentes locales, que son los llamados a dotar al equipo de todos, de jugadores profesionales en todo sentido. Hemos tenido presidentes de la FPF impresentables que nunca hicieron nada para fortalecer las instituciones (clubes), y han dejado que éstos se manejen como chacras, primando el interés de sus bolsillos, y no en la salud de este bello deporte.
Es claro, ir al mundial está más difícil que pellizcar un vidrio, y de seguir las cosas así, ir a Qatar seguirá siendo una empresa imposible si no se trabaja a conciencia invirtiendo en las divisiones menores. Ya a estas alturas, un fracaso más qué importa. Aunque debe importarnos...
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