CASI CASI...
Una vez más nos quedamos con poco. Un punto que no sé si va a sumar. Claro, si le ganamos a Uruguay quizá ese punto se valore, aunque no estamos para regalar nada. Al final de las clasificatorias veremos...
Sufrir como sufrimos el primer tiempo ante la vinotinto demuestra que somos una selección de segundos tiempos. Casi siempre salimos en la segunda mitad con la obligación de remontar, y aunque el equipo ha demostrado poder de recuperación, no nos podemos dar ese lujo en un torneo tan duro como este. En esa misma línea también queda demostrado que Gareca y su comando técnico tardan 45 minutos en darse cuenta de los errores que el equipo comete. Adelantar líneas en la presión, no cometer faltas tan cerca del área (que nos costaron los goles), fue lo que se vio en el segundo tiempo y permitió que remontemos y casi casi ganemos el partido. Pero también lo pudimos perder si los delanteros llaneros no fallaban en el último toque, quedando demostrado que el pésimo estado del campo perjudicó a ambos.
Y ante esa constante de casi regalar la primera parte para irnos con desventaja o empatando un partido que debemos ganar, me quedo viendo el vaso medio lleno: la categoría con que los de media cancha para adelante afrontan el momento. Flores se consolida con temperamento, Cueva siempre aporta ingenio, Carrillo y la frialdad con la que encara (aunque a veces abuse de ello), Guerrero y la valentía y potencia, por abajo y por arriba (como en el gol). Esa categoría debe contagiarse abajo. La defensa, que por momentos pecaba de ingenua, quería salir jugando en una cancha muy mala. Y si bien es cierto nuestra selección se está ganando de a pocos el respeto (que nunca debió perder), hay que ver si alcanza con lo que hay en estos cinco partidos que restan.
Ahora viene un Uruguay herido por la humillación que sufrió a manos del mejor equipo del mundo (desde mi modesto punto de vista), y va a querer lavarse la cara con nosotros. No podemos regalar nada. No debemos regalar nada. Menos 45 minutos y menos ante los charrúas. Que al final del partido del martes no estemos pensando y lamentando el cabezazo que Cueva falló casi al final del partido en Venezuela. Que no sea un casi casi. Que por fin sea, aunque tardíamente, una consolidación de un equipo con hambre de gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario