ALIANZA LIMA - BOCA JUNIORS

PUNTO DE INICIO Y APOYO

Partido de Copa Libertadores. Luchado, especulativo, agresivo, con muchos nervios, sin margen de error. De eso saben mucho los argentinos, y Boca en especial. Y los favoritos siempre son los de azul y oro. Donde jueguen y ante quien jueguen. Pero ante Alianza Lima, ni Pavón que venia bien precedido, ni tampoco Tévez, fueron capaces de superar el buen planteamiento de Pablo Bengoechea. El DT uruguayo planteó un partido, y éste se jugo así. Prestando la pelota a los boquenses, los blanquiazules esperaban el momento preciso para generar peligro en puerta contraria. Y lo lograron. Dos ocasiones muy claras de marcar con Lemos y Godoy, en el primer tiempo, y con Cruzado, Ramirez y Hohberg, en el segundo, los íntimos hicieron su juego, y aunque también se pudo perder, pues en dos ocasiones el palo les negó el grito más sublime en el fútbol al visitante, el partido se jugó como quería el campeón peruano.

Pero lo más resaltante de la noche copera, fue el hecho que el el equipo victoriano ha dejado a sus hinchas con una tranquilidad rara. Se fue contento del Nacional, aunque no hayan ganado. Y es que Alianza Lima dejó la sensación que esta copa sí la van a competir. No se si clasificarán o si quizá tendrán el premio consuelo de la sudamericana, pero si así empiezan a jugar el torneo mas importante de nuestro continente a nivel de clubes, entonces las chances van a estar intactas. Jueguen donde jueguen, la opción de seguir sumando puntos está ahí. 

Ahora, si hablamos de individualidades, las palmas se la llevan Butrón, por lo que hizo los pocos minutos que estuvo en cancha; Godoy, que se complementó muy bien con Araujo; Costa, que estuvo muy participativo, quitando muchos balones; Cruzado y Ramírez demostraron que son jugadores de categoría, que se mostraron siempre, pidiendo el balón y tratando de imponer su juego. El ingreso de Carlos Ascues le dio más peso ofensivo al equipo con su imponente físico. Pero las palmes de pie fueron, sin duda, para Alejandro Hohberg. El pequeño delantero demostró una vez más que está pasando por su mejor momento desde que llegó a Alianza Lima. Peligroso en el mano a mano, derrochando entrega física para robar balones y moviéndose por todo el frente de ataque, fue una pesadilla para la defensa de Boca. 

Aunque esto recién empieza, la idea de ser competitivos parece que la están entendiendo en La Victoria. La Copa Libertadores no es un torneo más, es El Torneo de Clubes. Jugarlo es un privilegio. Ganarlo, una obsesión y prestigio que sólo los valientes logran porque van por ella, no importando los obstáculos que encuentren en el camino. Cuando nuestros futbolistas entiendan eso, empezarán a respetarnos y empezaremos a ganar mas...