César Cueto, el fútbol
hecho arte…
“Quienes dicen amar el
arte, quienes aman la perfección,
sienten que de ellos es
parte, amar con el corazón.
Siempre he dicho que la
sensibilidad del artista, está fuera de este mundo,
por eso, desde su ser más profundo,
la magia siempre está lista…”
Está bien, lo admito, no
soy poeta, tampoco muero por serlo, pero pensar en César Cueto me
inspira a intentar escribir con la belleza que este genial zurdo acariciaba el
balón. Y hoy que está de cumpleaños, quiero rendir homenaje a este ídolo que se
hizo querer por todos, sin importar el color de camisetas a las que defendió.
68 años han pasado desde
que César Augusto Cueto Villa vio la luz, un 16 de junio de 1952. Gracias
a Dios que escogió como profesión dedicarse al fútbol. Eso lo hacía feliz, eso
nos hizo feliz. Y disfrutaremos, sin duda, de aquellos recuerdos cuando, dentro
de aquel rectángulo verde, escribía los versos más bellos que su prodigiosa
zurda podía plasmar. Querido, amado, idolatrado, envidiado, pero nunca odiado;
por que no se puede odiar el arte, quizá no lo entiendas, pero odiarlo…
Considerado como uno de
los mejores mediocampistas sudamericanos entre los 70s y 80's y probablemente (no,
con seguridad), el jugador mejor dotado técnicamente que produjo esta bendita
tierra en toda su historia, “El poeta de la zurda” paseo su arte por Alianza
Lima (su gran amor), José Gálvez de Chimbote, y Deportivo
Municipal.
Pero sus obras maestras
también serían escritas en tierras foráneas. El Atlético Nacional de Medellín,
América de Cali, Deportivo Pereira y el Cúcuta Deportivo,
todos ellos de Colombia, fueron testigos de esa magia que perdura hasta
hoy. Fue tal la magnitud que sus jugadas poéticas dejaron, que los propios
colombianos aceptaban eso que, “los peruanos nos enseñaron a jugar al fútbol”.
Y con su amada
blanquirroja, todos se rindieron ante las rimas más hermosas que escribió, y
que aplaudieron los franceses, en el “Parque de los Príncipes”. Como
cuando los escoceses, en el mundial de Argentina 78, entendieron que “la pluma
es más fuerte que la espada” al ver los versos que destilaban del cerebro del
genial Cueto. Todo esto sólo son pinceladas que un artista entrega, de corazón,
pero no necesariamente para la ovación.
Y es que el fútbol ya no
es un deporte. Va mucho más allá. Es cultura, es arte, y de eso saben mucho,
aquellos que sienten la vida de una manera distinta. Y César Cueto es así.
Siente la vida, siente el fútbol, siente el balón como la pluma con que
escribió obras imborrables, inigualables, como sólo él podía hacerlo.
¡Feliz cumpleaños maestro!
Que Dios le pague todo lo bello que nos hizo vivir. Nosotros no podremos
pagarle, estamos en deuda y estaremos siempre en deuda con usted. Y aunque
sabemos que no pide nada a cambio, lo único que podemos hacer por usted es
decirle GRACIAS, de todo corazón.
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