Gallina que come huevos…
¡Qué!, ¿Jean Deza está envuelto en otro escándalo? ¿es broma? Lamentablemente no. Cuando me enteré que el pelotero (porque eso es, no futbolista), estaba inmerso en la firma de doble contrato, pasaron por mi mente las veces en que el ex Alianza Lima fue portada, claro, no de las páginas deportivas. En ese momento me di cuenta que no vale la pena preguntarme el por qué sigue en las andanzas.
Él es así, fue así, y seguirá en ese camino hasta que algún
día se dé cuenta (porque eso pasará), que debió aprovechar su momento. No me
preocupa cómo acabe. El tiempo hará su trabajo, como siempre. Sin embargo, su última
perlita me hizo recordar que lo de Deza no es una isla en medio del océano.
En nuestro medio parece ser una constante ver más a peloteros
que a futbolistas. Alguna vez, cuando conducía un espacio radial, un oyente me
cuestionó que entrevistara a un exfutbolista en un espacio que era dedicado a
conocer personas que habían hecho algo en su vida. Entendí la molestia del radioyente,
porque en su cabeza está el prototipo del futbolista peruano que gana mucho
dinero pateando una pelota, pero que es ‘juerguero’. “No se lo merece”, estoy
seguro que piensa.
Y repito, lo entiendo. Estoy seguro que muchos de los que están
leyendo esto, piensan igual. Sin embargo, no estoy de acuerdo con esa etiqueta
que se les ha puesto a los futbolistas. Ser futbolista, o dedicarse al fútbol,
es una profesión, como el del abogado, el contador, el ingeniero, etc. solo que
no se entiende.
El futbolista, el verdadero futbolista, requiere de una buena formación moral, preparación mental y física para realizar su profesión de la
mejor manera. Requiere de sacrificios, como cualquier otro profesional, como dejar
a su familia cuando tiene que viajar, concentrarse, comer sano (no siempre
rico), postergar las diversiones ligeras, etc., además de sentir mucha presión
en el momento mismo de realizar su trabajo, ganar. Es decir, es un profesional.
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Decía que en nuestro medio han existido, existen, y de
seguro seguirán existiendo aquellos que creen que, como han nacido por la
gracia de Dios de patear bien un balón, pueden emular a ‘Pancho López’ y vivir
la vida con tanta rapidez como si el mundo se acabara pronto.
Podría mencionar a muchos futbolistas, perdón, peloteros que
en nuestro medio no van a vivir, o no están viviendo, la etapa post fútbol con
esa tranquilidad o disfrute que mencioné. Está, por ejemplo, Carlos ‘kukín’
Flores, Waldir Sáenz, Juan ‘chiquito’ Flores, Alexi Gómez, Jean Deza, Reimond Manco,
etc. ¿El común denominador de todos ellos? La habilidad. Todos tenían, o tienen,
mucho potencial, suficiente como para destacar en cualquier club del mundo.
A todos ellos se les dio infinitas oportunidades, pero
siempre caían. Todos ellos ganaron grandes salarios, pero lo derrocharon por su
mala cabeza. Pues como dice el dicho, “gallina que come huevos… aunque le
quemen el pico”.
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