CUANDO EL ÁRBITRO SE CONVIERTE EN PROTAGONISTA
El fútbol, se dice, es un deporte de errores. Pero cuando esos errores vienen desde el arbitraje y no desde los jugadores, el espectáculo pierde legitimidad. El reciente encuentro entre Alianza Lima y Cienciano no solo dejó una derrota dolorosa para los íntimos, sino una sensación de profunda injusticia que, una vez más, reabre el eterno debate: ¿hasta cuándo los árbitros seguirán influyendo decisivamente en el rumbo de un partido?
Bruno Pérez, el juez del compromiso, tuvo una actuación tan determinante como polémica. El primer gran error llegó al filo del descanso, cuando Paolo Guerrero fue claramente derribado dentro del área cusqueña. Era penal. Pero ni Pérez ni el VAR se atrevieron a sancionar la falta. Lo que debió ser una oportunidad para abrir el marcador, terminó en frustración y desconcierto. Y lo peor estaba por venir.
En el minuto 90+8, Pérez cobró un penal sumamente discutible por una supuesta falta de Carlos Zambrano. La decisión encendió la furia en el campo. Como si eso no bastara, el árbitro expulsó a Zambrano, a Guerrero —quien solo protestaba la injusticia— y al técnico Néstor Gorosito. Alianza no solo se quedó sin puntos, también perdió a dos de sus principales figuras para el siguiente partido. Las consecuencias fueron desastrosas.
Desde la CONAR ya se ha aceptado que hubo errores arbitrales y se ha anunciado una sanción para Pérez. ¿Y eso en qué ayuda? En nada. El resultado no cambia. La sanción no devuelve los puntos ni revierte las suspensiones. Alianza fue perjudicado gravemente y el castigo para el juez es apenas un parche mal puesto sobre una herida abierta.
No se trata de un caso aislado. El nivel del arbitraje en el fútbol peruano es, por decir lo menos, preocupante. Errores básicos, criterios incoherentes, falta de autoridad y un uso irregular del VAR son moneda corriente. Lo peor es que el árbitro muchas veces termina siendo protagonista, cuando debería pasar desapercibido. El fútbol se juega entre 22, no con uno más vestido de negro y con poder absoluto.
Los árbitros influyen de todas maneras en el desarrollo del juego. Sus sanciones —acertadas o no— condicionan el ritmo, el ánimo y el resultado del partido. Lo de Alianza Lima ante Cienciano es una muestra clara de que algo anda muy mal en nuestro arbitraje. El daño ya está hecho, sí. Pero lo que no se puede permitir es que se repita.
Porque cuando el árbitro se convierte en el protagonista principal, el fútbol pierde sentido.
Muy bien explicado.
ResponderEliminarUn gran gusto leerte, amigo.