LA REALIDAD NO ES PERDER SIEMPRE, TAMBIÉN ES CAMBIARLA
Tras la derrota 0-2 ante São Paulo en Matute, una vieja frase volvió a circular como consuelo de muchos hinchas: “Nos volvieron a nuestra realidad”. Pero, ¿cuál es esa realidad? ¿Perder siempre en la Copa Libertadores? ¿No competir nunca en serio? ¿Resignarnos ante el primer rival con nombre grande?
Si esa es nuestra realidad, entonces es una que nos hemos creído a la fuerza, pero que no es una condena irreversible. Porque Alianza Lima ha demostrado este año que puede competir. Lo hizo en Brasil, donde le plantó cara a este mismo São Paulo y empató a 2 con categoría, incluso viniendo de atrás. Lo hizo en la muchas veces intimidante Bombonera, cuando eliminó al siempre favorito Boca Juniors. Lo mostró también en Matute cuando jugó con intensidad contra Talleres, incluso con un hombre menos y se impuso por 3-2. Y lo ha hecho sin esconderse, con nombres como Erick Noriega, Carlos Zambrano, Kevin Quevedo, Hernán Barcos y el mismo Paolo Guerrero, que no se cansa de anotar en la justa continental.
Sí, el partido contra São Paulo dejó heridas. Por momentos faltó ideas, hubo errores, se notó el peso del rival. Pero eso no borra lo anterior. Alianza aún está en carrera. Tiene cuatro puntos, y si gana los dos partidos que le restan —frente a Talleres y Libertad— aún puede clasificar a octavos. En el peor de los casos, podría meterse en Sudamericana, si los resultados ayudan.
Este equipo no está muerto. Y lo más importante: sí tiene con qué luchar. Basta de repetir que no se puede. Ya lo demostró Cienciano en 2003. Lo han hecho clubes como Liga de Quito, Once Caldas, Defensa y Justicia. Lo único que no se permite en el fútbol es jugar sin convicción. La mentalidad ganadora también se entrena, y es ahora cuando Alianza debe sacarla.
La verdadera realidad no es la derrota. La realidad es que aún se puede escribir una historia distinta, y esta generación de jugadores tiene la responsabilidad —y la chance— de empezar a cambiarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario