QUÉ VAMOS A HACER…EL
FÚTBOL ES ASÍ
Traicionando
un poco la idea inicial de escribir en este espacio sólo del fútbol nacional y
en especial de la selección nacional, voy a dedicar unas líneas al balompié
internacional, en especial a las eliminaciones (no tan sorprendentes para mí
por lo menos), de los dos mejores equipos de fútbol en la actualidad, como lo
son el Barcelona de Guardiola, y del Real Madrid de Mourinho, de la Champions
League, a manos del Chelsea inglés y del Bayern de Munich, respectivamente.
Dije
hace un momento que no me sorprendían estas eliminaciones, teniendo en cuenta que
muchos “expertos” ya hablaban de una, casi segura, final entre catalanes y madridistas,
faltando el respeto de manera grosera tanto a ingleses como a alemanes, porque
el Barza ya no es el de antes y los merengues, en esta clase de partidos
decisivos con Ronaldo a la cabeza, arrugan de manera alarmante cuando al frente
tienen a un cuadro acostumbrado a estas lides y con un temple a prueba de
balas.
El
desgaste del Barcelona es natural. Luego de haber ganado todo lo que jugaba y
haber sido considerado, merecidamente, el mejor equipo de la historia, los
jugadores acusan un agotamiento y falta de motivación, que lamentablemente
Guardiola no supo manejar. No lo supo hacer porque él estaba más preocupado en
disolver su vínculo con el cuadro azulgrana que en darle a su institución la
máxima gloria para un cuadro europeo, la tan ansiada “orejona” y seguir sumando
un récord difícil de superar en el mundo del fútbol. Era obvio también que el
técnico subestimó al Chelsea, y sólo se preocupó cuando los ingleses pudieron
marcar en Barcelona y con ello sellaban su pase a la final. Es cierto que los
azulgranas nunca traicionaron su filosofía de juego y fueron en busca del tanto
de la clasificación, pero entre tanto toque y toque nunca pudieron afinar la
puntería y embocarla en el puntillazo final. Una pena. Pero el fútbol es así. Los
“blues” supieron cerrar su portería y en un mortífero contragolpe, Torres
liquidó las esperanzas del cuadro catalán. Premio para un equipo ordenado que
demostró que los favoritos pierden solos, cuando se sienten ganadores antes de
jugar los encuentros.
Y
en Madrid la cosa no fue diferente. Los merengues tienen la mejor planilla de
jugadores del mundo (de lejos), y ni aún así pudieron con el temple y garra
alemana. Los de “Mou” tienen un problema serio. Cada uno de ellos tiene una calidad
indiscutible, envidiable, pero nunca pudieron jugar como un verdadero equipo. Fueron
superados en ambos partidos largamente por un equipo que sí tiene identidad,
que demostró que está hecho para este tipo de batallas. Con sólo dos figuras excluyentes
(Robben y Ribéry), acompañados de verdaderos guerreros que matan por cada
pelota dividida, desdibujaron e hicieron ver al Real Madrid como un equipo de
novatos y sin ideas que no supieron detener el vendaval rojo que tenían en
frente. Hubo también, creo yo, un exceso de triunfalismo en el plantel
merengue. Se creyeron en la final antes de tiempo. Pero a los alemanes no hay que
darlos por muertos nunca. Ese espíritu de lucha está en los genes del
futbolista alemán.
En
todo caso, la lógica nunca existió en el fútbol. De eso hay muchos ejemplos. Y quizá
sea mejor así. Es lo hermoso de este deporte, el deporte rey: el fútbol.
De acuerdo, me parece que los finalistas consiguieron su pasaje en base a convicción y jugaron sus partidos como verdaderas finales.
ResponderEliminarEL FUTBOL NO TIENE LOGICA. SI LLEGARON A LA FINAL ES PORQUE HICIERON ALGUN MERITO. ASI DE SIMPLE.
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