miércoles, 28 de mayo de 2025

ALIANZA LIMA A LA COPA SUDAMERICANA

ALIANZA LIMA, ORGULLO Y RESILIENCIA EN LA SUDAMERICANA

Cuando todo parecía cuesta arriba, Alianza Lima volvió a demostrar que el corazón puede más que las estadísticas, que la historia puede más que los obstáculos, y que la fe, cuando se respalda con entrega, es capaz de torcer cualquier destino.

Partiendo desde la incómoda etiqueta de Perú 4, sin el cartel de favorito y con un plantel en renovación, el cuadro íntimo logró una clasificación histórica a los play-offs de la Copa Sudamericana 2025. Lo hizo a su manera: con garra, con sufrimiento, y con esa mezcla de épica y drama que solo sabe protagonizar el cuadro íntimo.

El camino fue durísimo. En la fase previa de la Libertadores, con el equipo completo, la defensa se mostró sólida y ordenada. Superaron con personalidad a Nacional de Paraguay, luego a un Boca Juniors que subestimó la fortaleza blanquiazul, y finalmente a Deportes Iquique, asegurando un lugar en fase de grupos. Aquella línea defensiva fue clave. Sin expulsiones, con Lavandeira aún en forma y Cepellini disponible, el equipo funcionaba como un bloque.

TAMBIÉN LEE: LOS REFERENTES QUE NO RESPONDIERON

Pero al llegar la fase de grupos, el destino empezó a golpear. Las lesiones de Lavandeira y la inhabilitación de Pablo Cepellini dejaron al equipo sin creatividad ni pausa en el mediocampo. Para colmo, las expulsiones se volvieron una constante: cuatro tarjetas rojas en cinco partidos. Zambrano, Garcés… la zaga nunca pudo repetirse, y esa falta de continuidad se reflejó en la fragilidad defensiva de varios partidos.

Y, sin embargo, cuando muchos ya los daban por eliminados, apareció el carácter. Con coraje, Alianza rescató un empate 2-2 en Asunción ante Libertad, resultado que los colocó terceros en el Grupo D y les dio acceso a los play-offs de la Copa Sudamericana. No fue un premio menor: significó mantenerse vigentes en el plano internacional y asegurar un ingreso económico importante en un momento crucial para el club.

TAMBIÉN LEE: EN SERIO, ¿ES NUESTRA REALIDAD?

Hoy, más que celebrar un pase, toca valorar un mensaje: este equipo, con todo en contra, con lesiones, sanciones y altibajos, eligió no rendirse. Eligió seguir. Eligió ser Alianza Lima.

Que este logro no se quede solo en la estadística. Que sirva para construir una idea más sólida, para invertir mejor, y para seguir apostando por la identidad. Porque cuando Alianza Lima juega con el corazón, no hay montaña demasiado alta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario